He hecho esta falda hace un poco más de un mes, justo antes de Navidad, en lo que ahora llamo mi «mes de faldas tubo». Estaba loca con esta forma y quería hacerme una de cada color. Al final, me hice 2 sólo: esta y una morada (mi otra obsesión este invierno).
El patrón era el mismo: uno hecho por mi de falda de tubo típico. Lo que más me gusta son las doble pinzas, se adaptan perfectamente a las curvas del cuerpo. El único problema es que el final de la pinza se ha quedado muy marcado por culpa de la tela. Es un crepé de lana muy fino que deja ver cada pespunte (pero es muy suave). No he podido coser el bajo a mano, he tenido que pespuntear directamente el bajo del la falda al forro. Hablando de forro:
¿Mola no? Me encanta el contraste entre el rosa fuscia y el amarillo mostaza/dorado del crepé de lana. Este tipo de prenda es exactamente lo que me hacía falta: un corte clásico pero muy colorido. ¡Perfecto para el proyecto Wardrobe Architect!








Compré el patrón del
Las dos bodas son/eran de tarde así que quería ir de largo. Lo que he hecho fue sencillamente de seguir las líneas de la falda. ¡Cuidado! ¡Que para hacer esta variación, hace falta un mogollón de tela! Tenía esta guardada desde hace 2 años, de las rebajas del Julián López, y medía 4 m x 1,5 m. Me queda un poco, suficiente para hacer un proyecto pequeño, pero he usado por lo menos 3 metros en doble ancho.
Me encanta la forma de la falda con los pliegues, le da mucho volumen. Aunque no me suele gustar esta forma de dobladillo alto/corto, allí me parecía sútil y creo que le da un toque un poco más moderno al vestido. Para el corpiño, he elegido la versión con tirantes y cuello cuadrado alto (lo he bajado de unos 5 cm en la espalda). Está perfectamente ajustado con las pinzas. Lo único que cambié fue el largo de la falda.
¡Ahora tengo unas ganas de volver a vestirlo el fin de próximo, no os cuento!


